viernes, 26 de agosto de 2011

Reportaje a Edgardo Depetri:

En la sala hay una gigantografía de Néstor con la mano en alto, un saludo. Te sigue saludando desde ahí. En la foto –de las mejores- Néstor señala la victoria, esa confianza y falta de dramatismo que tenía en su hacer cotidiano. Se piensa ¿no?, que esa confianza era saber que es preferible morir con las botas puestas a entregarse. Entonces no hay drama. Si perdemos, perdemos desde nuestras convicciones, entonces no hay drama. Hay pasión pero no drama.
Esta ahí, en la sala de la Casa Patria Grande "Presidente Néstor Carlos Kirchner". Y fue allí donde se dio una charla desde un pequeño escenario denominada "Construyendo la Patria Grande desde los Movimientos Sociales y Políticos". Los invitados por la casa eran Edgardo Depetri y Andrés Larroque, por La Cámpora.
Edgardo Depetri: "mientras el mundo asiste a las guerras, nuestra región muestra democracia y resuelve grandes problemas" y destacó "el rol fundamental en la consolidación" de la Unasur que impulsan las presidentas de Argentina y Brasil, Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, y agregó que América del Sur "vive un momento único en la historia porque mientras el mundo asiste a las guerras, nuestra región muestra democracia y resuelve grandes problemas".
Edgardo, antes de comenzar a hablarle a los compañeros, señaló el lugar, la casona de lujo en pleno Barrio Norte, ¡Ah, no tenía mal gusto el jefe!. Para Edgardo el jefe es Néstor Kirchner, siempre lo será. Siempre pienso en Néstor, dice. A lo nuestro.
Edgardo no le sacó el bulto a lo que está pasando en Libia. Al margen de lo que uno piense de Khadafi, el imperio no está ahí para llevar la democracia. Están por el petróleo, están para saquear las riquezas de un pueblo, como están en Afganistán o como antes estuvieron en voltearlo a Saddan, también por el saqueo. Por eso mismo lo amenazan ha Hugo Chávez y por eso no podemos dejarlo de asociar a cuando vinieron por nosotros, cuando hicieron el Plan Cóndor y sembraron de dictaduras Latinoamérica, financiaron el golpe de Chile, mataron a Salvador Allende como mataron nuestros 30 mil compañeros desaparecidos. Es el imperio.
Aquí nos impusieron el neoliberalismo. Primero la dictadura arrasando el movimiento popular y revolucionario y después poniendo un monigote como Menem que es donde lograron la síntesis que más les favorecía: obtener el poder de un país por medio del voto popular. Y ahí vimos el saqueo, el fin de la historia, que había que resignarse, que ese modelo imperial, de especulación de patria para pocos, era lo único que se podía hacer.
Eso va contando Edgardo. Como llevando de la mano la historia, buscando en los recovecos de la palabra eso “que no éramos”, de la memoria de un pueblo que tuvo con el General Perón y con Evita, la patria de pleno empleo, de derechos para el trabajador, derecho a tener educación, salud, vivienda.
Entonces llega Néstor. Y comienza la conjunción de este momento de Latinoamérica, Lula, Hugo Chávez, Tabaré, después Evo y por supuesto, Néstor. Y Néstor que le dice en la cara a Bush no al Alca. Y Hugo Chávez hablando en el estadio mundialista. Pero quiero decir que esto no nace por magia o por sólo la voluntad de un hombre.
Hubo resistencia al Alca de mucho antes. Nosotros en la CTA, junto a la CGT y movimientos sociales habíamos hecho una marcha. Habían venido compañeros trabajadores de Bolivia, de Brasil, de Uruguay. Nadie se enteró, los diarios y los medios ocultaron todo. Pero la resistencia al Alca ya venía en la sangre del pueblo. Lo que hace Néstor, junto a Lula y Chávez, es darle carnadura a esa resistencia. Y ahí está la grandeza de Néstor, saber leer los tiempos políticos…
La idea del derecho colectivo, de la Patria Grande. Y en eso retoma esta América nuestro algo que ya venía soñando el general Perón. La historia no nace en un día, no hay un gesto, la historia se escribe sobre nuestra sangre, sobre nuestras luchas. Por esto, tampoco hoy el imperio que está destrozando el pueblo Libio tampoco es sino una sumatoria de su propia historia de rapiñaje…
América del Sur es la única región que está creciendo, que lo hace en paz, generando empleo y complementando sus economías, no disputando mercados o espacios de supremacía", sostuvo el legislador kirchnerista.
En ese marco, subrayó que "Dilma Rousseff y Cristina, al mando de los dos países más importantes de América del Sur, demuestran día a día su intención de integrar a todos los países de Latinoamérica y de resolver asimetrías, generando trabajo y convirtiendo a los Estados en garantes de derechos.
Por otra parte, advirtió que "para proteger lo que hemos logrado, es fundamental protegerse en este un momento único de la historia", porque la región "tiene agua, alimentos, minerales, petróleo y gas, y por eso el rol de nuestra presidenta y su par brasileña es fundamental de cara al futuro.
Así habla Edgardo. Hay compañeros, hay pibes de La Cámpora, y se paran ante este dialogo, no una arenga política, sino un diálogo sobre como pensar la patria, como ver este momento que está viviendo el país y como unir fuerzas para ese país del trabajo. Edgardo Depetri repetirá la palabra trabajo como si estuviera martillando cabezas. El trabajo organiza una sociedad, la dignifica, le da espacio para avanzar. Trabajo para todos. Y -dice- no subvenciones con planes o parte de las políticas sociales que lleva adelante el gobierno, sino trabajo genuino, digno. De eso hablo.
Y ahí pega la vuelta, regresa en la parábola del contar, y estamos de nuevo en la unidad latinoamericana. No es sólo un sentimiento que viene con la historia, es una necesidad, cada país solo no puede. Unasur, eso que venía trabajando Néstor. Entonces sorprende que el otro día, el presidente Santos haya sido quién propuso la reunión de economistas y cancilleras para lograr un blindaje latinoamericano ante la crisis del primer mundo. Eso rompe prejuicios ideológicos, nos muestra otra realidad.
Cristina 2011
Estamos, en nuestro país, en un momento que el pueblo le ha dado una cachetada, le ha dado una paliza a los sectores de poder, a los Magnetto, Techint, o los intereses de las transnacionales. Es nuestro momento, dice. Ellos no se van a resignar. Ellos necesitan manejar el Estado para hacer sus negocios. Y van a poner palos por todas partes. Ganar una elección y un gobierno no es ganar el poder. Tenemos que estar atentos, tenemos que avanzar unidos.
Unidad
Unidad es la palabra con que Edgardo concluye sus palabras. Unidad por nosotros, unidad por Néstor, como homenaje, unidad del campo popular. Unidad, compañeros, compañeras. Gracias.
El Cuervo Larroque
Para cerrar la jornada, el moderador del debate y presidente de la Casa, Pablo Vilas, presentó al titular de la Cámpora, Andrés Larroque, quien también destacó "el camino de crecimiento que experimenta Argentina y la región en el marco de un mundo castigado por la crisis". Pero el Cuervo habló de los pibes, de la nueva generación y, tomando posta del insistente llamado a unidad por parte de Edgardo, se preguntó ¿que nos separa?
Hay que reconstruir y construir un nuevo frente, una unidad popular que esté por encima de esas diferencias casi personales. Aquí, en este momento resulta sencillo, hay que encolumnarse detrás de Cristina y darle fuerza, armonía y meter a la nueva generación en la contienda política.
Hemos tenido una respuesta clara de nuestro pueblo en las elecciones pasadas. Entonces hay que buscar esa unidad, hay que potenciar e incorporar a todos los componentes del campo popular y profundizar el modelo.
Antes “el Cuervo”, como antes Edgardo, metió primera y dio un paseo por nuestra historia, de cómo después de Caseros y la traición de Urquiza, se construyó un modelo que el poder de los hacendados necesitaba. Y que el pueblo nunca pudo participar. Eso hasta el Irigoyenismo, que voltearon y luego del General Perón y ahora con Néstor y Cristina. Esa columna vertebral de la historia donde los Martínez de Hoz anduvieron manejando el país de acuerdo a sus intereses.
Y esto tiene que ver con nuestra América. Nos impusieron su modelo. Y nos hicieron guerrear entre nosotros, como esa , la guerra de la triple Vergüenza, donde nunca vamos a terminar de pagarle al pueblo paraguayo la matanza despiadada, ese horror de matar hermanos para defender los intereses del imperio y de la oligarquía nativa.
El Cuervo habla tranquilo. Salta rápido, va cruzando la historia con –ya lo dijimos- Caseros, la generación del 80, el intento de las clases medias con Irigoyen, Perón y el golpe y los golpes posteriores. Tenemos el 76, tenemos el menemismo. Lograron lo que nunca, ganar el gobierno por una traición al electorado, al pueblo.
Se ha cortado la historia con Néstor y de eso hay que ser conciente. Con Néstor se rompe el formato que había programado la oligarquía y el imperio. Y ahora tenemos una nueva generación que nació bajo el neoliberalismo, que sólo conoce esto que está viviendo y ellos tienen que ser incorporados a este proyecto, “el de los sueños imposibles”, hay que organizar y ese es nuestro trabajo.
Con este tema, el Cuervo Larroque va cerrando su breve alocución: los pibes, los que hay que ganar. La unidad del campo popular. Que hay antinomias del pasado que no tienen sentido, no responden a la realidad social y cultural actual. Eso que uno está más a la izquierda, que está más acá. Y eso se discute pero desde adentro del campo popular, no confrontando entre nosotros.
Y no, hay que organizar la fueraza popular.
Y por ahí pasa el futuro.